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jueves, 10 de enero de 2013

EL CABRERO DON SIMÓN RODRIGUEZ SUSARTE , GIBRALTAREÑO Y PATRIOTA ESPAÑOL.




                           Asedio a la villa de Gibraltar del Archiduque Carlos

ANTECEDENTES.

Carlos II, fue un Rey sin descendencia, y en los años previos a su muerte en 1700, se planteaba el problema de la sucesión a la corona española, lo cual era un problema europeo. Para suceder a Carlos II había dos herederos legítimos, el rey Luis XIV de Francia y el emperador Leopoldo I de Austria, ambos casados con dos infantas españolas hermanas de Carlos II.

Por un lado, estaba el Delfín de Francia, hijo de Luis XIV, que era el heredero más directo. El problema de su elección como rey español era que bajo una misma corona se fusionaban dos grandes imperios como eran el español y el francés, lo cual constituía un problema internacional.

Por el otro lado estaba la candidatura apoyada por Inglaterra y Holanda, el emperador Leopoldo I de Austria, que la dejó en su nieto, José Fernando de Baviera, ya que la elección de Leopoldo I suponía de nuevo la unión del gran imperio de Carlos I (que dividió el imperio entre Fernando de Austria y Felipe II), aunque la elección de José Fernando de Baviera suponía el mismo problema.

Aunque ambas dinastías estaban dispuestas a transpasar sus derechos sucesorios a sus miembros más jóvenes, en Francia el Delfín Luis a su hijo Felipe de Anjou y en Austria el emperador Leopoldo I a su hijo menor Carlos, la mejor opción para Inglaterra y Holanda era el príncipe José Fernando de Baviera.

En 1698 Francia e Inglaterra firmaron el Primer Tratado de Partición en el que se nombraba a José Fernando de Baviera heredero al trono español.

En 1699, José Fernando de Baviera muere, renaciendo de nuevo el problema sucesorio y firmando el Segundo Tratado de Partición, por el cual, el Archiduque Carlos III era reconocido como heredero al trono, dejando todos los territorios italianos españoles a Francia. Este tratado es aceptado por Francia, Holanda e Inglaterra, mientras que Austria reclama toda la herencia.

Pero he aquí la intervención de Carlos II, que en su testamento nombró heredero a Felipe de Anjoy, estableciendo una cláusula por la cual debía renunciar a la corona francesa. El doce de noviembre de 1700, Luis XIV aceptó esta herencia.

En un principio todos los países europeos, excepto Leopoldo I, aceptaron con reticencias a Felipe de Anjou, y en febrero de 1701 Madrid reconoció al nuevo monarca.

Pero la situación cambió cuando Luis XIV proclamó los derechos sucesorios de su nieto Felipe de Anjou a la corona francesa. Se constituyó la Gran Alianza formada por Austria, Inglaterra, Holanda y Dinamarca, declarando la guerra a España y Portugal, esto sucedia en septiembre de 1701. En mayo de 1703, Portugal se une a esta alianza.

Para apoyar al Archiduque Carlos, en 1704 la flota anglo holandesa del almirante Sir George Rooke, se dirigió a Barcelona a promover un levantamiento. Esta flota fue rechazada gracias a la defensa que realizó Francisco de Velasco "Virrey de Cataluña".

Tras este intento, la flota de Rooke (con 45 navíos de línea, 6 fragatas y otros buques menores), siguió operando en el Mediterráneo.
El 1 de agosto, esta flota apareció en al bahía de Algeciras y ese mismo día el príncipe Felipe de Hesse-Darmstadt (Virrey de Cataluña con Carlos II) envió una carta a Diego Salinas, gobernador de Gibraltar, invitandole a rendir la plaza y proclamar rey a Carlos III. A lo cual, se negó el corregidor de Gibraltar, Cayo Antonio Prieto.

El 4 de agosto la flota inició un ataque de seis horas contra Gibraltar,que contaba con pocas defensas, y finalmente el príncipe Hesse-Darmstadt tomó posesión de la plaza en nombre de Carlos III, pero el almirante Rooke, sabedor de valor estratégico del lugar, levantó la bandera inglesa y en contra de las protestas del príncipe, tomó posesión de Gibraltar en nombre de la reina Ana de Estuardo.

El mayor robo en España , Europa y de la historia no hacia más que comenzar. Todo ello condujo al  éxodo de casi la totalidad de sus habitantes , 4.000 gibraltareños ,muchos muertos, mujeres violadas obligadas al éxilio por no aceptar no al Archiduque Carlos, pretendiente a la corona del Reino de España y por tanto sin cuestionar la soberania Española de la plaza sino al la soberania Inglesa autoproclamada en un acto vil de pirateria del Inglés Rooke.

La conquista de Gibraltar tuvo un gran impacto en la corte de Felipe V que ordenó reconquistar la plaza. El 24 de agosto la escuadra francesa de Alejandro de Borbón, Conde de Tolosa, compuesta por 51 navíos de línea, 6 fragatas y 5 galeras españolas, se enfrentó a Rooke en Málaga. El resultado del combate fue indeciso.
Felipe V encomendó la reconquista al Capitán General de Andalucía, Francisco Castillo Fajardo, Marqués de Villadarias. Formó un ejército de nueve mil hombres, más tres mil soldados franceses al mando del General Cabanne, quedando el apoyo por mar en manos del Conde de Tortosa.

El ejército formado por las milicias municipales, regimientos de Guardias de Infantería y Guardia Walona tuvieron un comportamiento irregular. Mientras que el formado por las milicias municipales desertaba a la primera ocasión, el Regimiento de la Guardia Walona perdió a la mitad de sus hombres luchado con valor.

La escuadra inglesa del almirante John Leake consiguió dar apoyo logístico a Gibraltar, manteniendo a raya a la flota francesa que vigilaba el estrecho del Barón de Pointy.

DON SIMÓN RODRÍGUEZ DE SUSARTE ,  "EL CABRERO DE GIBRALTAR"

Simón para los vecinos de la villa de Gibraltar , " El Cabrero o el Pastor " era un gibraltareño de la época, de personalidad dura , fraguado en la pobreza y la miseria de aquellos años , un tanto tosco en palabras pero firme en sus costumbres.

Toda su vida estaba marcada por su trabajo, el pastoreo de cabras y ovejas, para ello tenia que levantarse todos los dias al despuntar el alba e ir y rondar los mejores pastos para asi poder vivir de su oficio vendiendo su carne , su leche que sin duda era afamada y valorada por sus conciudadanos de la villa.

Todos le conocian Simón se movia por Gibraltar como lo que era , su casa, palmo a palmo , piedra a piedra era muchos los años que vivia entre esas piedras para que sus ovejas tubieran la mayor fama y reputación.

Decia que las cabras , sus cabras le entendian mejor que las personas, y seguramente no le faltaba razón, el las cuidaba desde que nacian y era como su familia.

Pero todo cambió, para él , su familia, su pueblos y sus ovejas.

Simón sin saber de política , de luchas y de apenas leyes , acostumbrado a su bandera de castilla junto a la de su villa , la de Gibraltar presenció como decenas de navios se acercaban a su tranquila villa , a su vida.

Esos dias fueron dramáticos, una escuadra anglo-holandesa sitió Gibraltar, todos fueron al bastión , a las murallas por precaución , teniendo a duras penas que dejar sus cabras y sus ovejas al mejor resguardo posible para ir con su familia a defender su pueblo.

Los invasores mandaban misivas con intenciones primero pacíficas y luegos hostiles pero reclamando siempre la villa a España, pero a la España del Archiduque carlos ante la de Felipe a la que sus autoridades defendian.

El decide que hay que luchar , que Gibraltar es Español, pero pronto la realidad y los escasos medios con los que cuentan dejan claro que la odisea es imposible, y finalmente todos y él entienden que ser Españoles de Carlos no es su opción , pero es una opción.

Gibraltar y los Gibraltareños seguiremos siendo Castellanos dice con cierto animo.

Pero el robo se consuma el 6 de agosto de 1.704 y él y los 4.000 gibraltareños empezamos nuestro éxodo fuera de nuestra tierra, nuestras casas, nuestros negocios, nuestras vida, con un alto precio; vidas, robos, y violaciones. Muchos lloraron  y como casi todos sus vecinos, Simón  acampó alrededor de la ermita de San Roque.






Pero Simón, que solo aspiraba a recobrar su casa, y quizás, sus cabras, conocía cada sendero oculto de la roca, y por ello se presentó ante el General Villadarías para proponer un plan para reconquistar la plaza. Conocía como la palma de su mano un paso, el del Algarrobo por el que podría alcanzar la parte mas alta del peñón, la Torre del Hacho.

Si desde allí atacaba un grupo de valientes mientras el grueso del ejército lo hacía desde el Campamento español cogerían a los british entre dos fuegos. Fue la única vez en trescientos años de historia que los españoles invadimos Gibraltar con una buena estrategia y verdaderas posibilidades de éxito. El general Villadarías designó a uno de sus coroneles, el Señor Figueroa, un comando compuesto por quinientos hombres que siguieron al cabrero Susarte por los riscos durante la noche.

Para ello la noche del 9 de octubre guía y soldados salen del campamento español y ascienden por las escabrosas laderas del Peñón de Gibraltar hasta el Paso del Algarrobo para descender más tarde, guiados por Susarte por la vereda del Hacho hasta la zona denominada Los Tarfes y refugiarse en la cueva de San Miguel.

Antes del amanecer la partida salió de su escondite y tomó la torre del Hacho matando a los guardas que se encontraban allí apostados. Poco más tarde tomarían la zona denominada La Silleta, en la cumbre de Gibraltar; hasta aquí llegaba el trabajo de Simón Susarte como guía de las tropas pues desde ese punto debían esperar señales del campamento español para tomar por sorpresa diversos puntos de la zona alta de la ciudad de Gibraltar. El plan del Marqués de Villadarias era atacar la frontera del istmo para desplazar las fuerzas defensoras a ese punto y dejar desguarnecidos los apostaderos que debían tomar los hombres de Figueroa. Sin embargo los españoles no llegaron a ver movimiento alguno en su campamento ese 10 de septiembre.




Camino mostrado por "El Cabrero Simón" a las tropas Españolas para sorprender desde la cima al invasor Inglés.


Era cuestión de tiempo que los ingleses descubrieran a sus soldados muertos en el apostadero del Hacho, y así fue, poco después de amanecer un joven que llevaba víveres a su padre en este apostadero encontró a todos sus ocupantes muertos y salió a avisar a los soldados de la ciudad.


Rápidamente salió de Gibraltar un regimiento inglés mandado por el coronel Whetham que combatieron a los españoles. A pesar de su mayor número los ingleses contaban con la desventaja de la elevada pendiente del terreno, los españoles, desde las alturas podían ocasionar más daños en sus enemigos que los que hubieran podido causar en un enfrentamiento en terreno llano. Por desgracia para los de Figueroa cada soldado español sólo disponía de tres cartuchos de pólvora para defenderse debido a que el equipamiento que podía transportarse durante el ascenso hasta el Hacho era muy limitado. Tras agotar su munición debieron poner tierra de por medio mientras los ingleses los acribillaban a balazos; aquellos soldados que no murieron en el cuerpo a cuerpo cayeron desde el Salto del Lobo, un elevado precipicio de la zona occidental del Peñón.






Abandonados murieron por Gibraltar pasando a la Historia con valor y determinación. D.E.P




Y ellos cumplieron con su cometido y 500 soldados lo pagaron con sus vidas, porque el grueso del ejército español no apareció a la hora “señalada”. El problema fue el de la coordinación y los intereses políticos.
Esa expresión de la política de baja estofa que hoy asoma por todos lados. Al parecer el general decidió esperar a los refuerzos de los franceses que querían la gloria para el “imperio de las ordenanzas castrenses”. Una gran victoria no podía pasar a la historia de la mano de un humilde cabrero que cuenta la leyenda sobrevivió al cobijarse en aquellos senderos que nunca han recogido los mapas topográficos




Simón Susarte es hijo predilecto de San Roque.
En esta ciudad existen un barrio y un parque con su nombre







1 comentario:

  1. este ejemplo de Simón pone de evidencia la poca vergüenza de los líderes españoles de entonces. En la conquista de Gibraltar los inglese perdieron solo unos 65 hombres y los españoles a penas 70 a pesar del bombardeo con unos 15.000 cañonazos en seis horas. Los franceses mataron mas ingleses un mes después en la batalla naval de Malaga, unos 3.000 . España prefirió sacrificar 500 hombres en lugar de atacar como se tenía previsto. Vergüenza para los cobrades y glora para los héroes¡¡¡¡

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