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viernes, 17 de enero de 2014

LA INJERENCIA BRITÁNICA EN EL MUNDO HISPANO . ARGENTINA


Los 5.000 de Montenegro.

Foto: Ni fueron espartanos ni luchó con ellos ningún rey,sólo un maestre de campo junto a 3000españoles acantonados en esta fortaleza perdida en la costa de Montenegro,olvidados por todos,dispuestos a luchar hasta el final contra casi 50000 turcos,pero sí una frase mítica similar al "molon labe" de Leónidas...VENID CUANDO QUERÁIS,durante décadas os recordaron en Europa y tiempo después caísteis en el olvido,por nuestra parte jamás os olvidaremos!

 

 

Ni fueron espartanos ni luchó con ellos ningún rey, sólo un maestre de campo junto a 3000españoles acantonados en esta fortaleza perdida en la costa de Montenegro, olvidados por todos, dispuestos a luchar hasta el final contra casi 50000 turcos,pero sí una frase mítica similar al "molon labe" de Leónidas...VENID CUANDO QUERÁIS, durante décadas os recordaron en Europa y tiempo después caísteis en el olvido, por nuestra parte jamás os olvidaremos !
 
 



SOLDADO ESPAÑOL

SOLDADO ESPAÑOL.



" Los Hispanos son fieros y valientes guerreros.

Pompeyo.


 "Esta España produce los durísimos soldados, ésta los expertísimos capitanes, ésta los fecundísimos oradores, ésta los clarísimos vates, ésta es madre de jueces y príncipes, ésta dió para el Imperio a Trajano, a Adriano, a Teodosio".

Pacato, retórico galo romano.

“Barones, ya podemos marcharnos; hoy a lo menos, hemos
dejado bien puesto el honor de España”




(Jaime I de Aragón, después de acudir al concilio de Lyon a ofrecer ayuda en una cruzada).

“España sola pare los hombres armados”.
Francisco de Valois-Angulema, rey Francisco I de Francia.

 
" ¿Cuantos grados de frio es capaz de soportar un soldado español? "

-TODOS .
General Alemán al General Español de la División Azul.

" Mire vuestra excelencia que nada queda fuera de mi alcance , pues para eso me dio Dios diez dedos en las manos y ciento cincuenta Españoles"

Don Alonso de Contreras.

Los alemanes son valientes si así lo manda su General . Los Españoles desconocen completamente el instinto de conservación. En un ataque pueden perder el 50% de los hombres, mientras que el otro 50% continúa combatiendo y cantando. Esto lo hemos visto con nuestros propios ojos…".


"Esa desgraciada guerra [en España], me perdió". Napoleón Bonaparte.

Napoleón Bonparte: "Todo mi mal empezó con la maldita guerra de España".


"Los infantes españoles prefieren la muerte a la deshonra. Ya hablaremos de capitulación después de muertos" .

 Tercio de Zamora a las
ordenes del Maestre de Campo Francisco de Bobadilla

"España está donde se encuentre un Español. Y de América nunca se marchó."
Dicho criollo.

"Los españoles son los mejores soldados existentes en la Cristiandad"
Conde de Leicester

Según un cronista de la época, los españoles aguantaron:
"seis horas enteras sin perder pie, atacados dieciseis veces, con furia y tesón no creible; tanto que decían los alemanes que los españoles peleaban como diablos y no como hombres, estando firmes como si fueran paredes".
 Batalla de Nordlingen

“Cinco mil españoles que eran a la vez cinco mil infantes, y cinco mil caballos ligeros y cinco mil gastadores y cinco mil diablos”
 Almirante francés sobre la gesta del milagro de Empel, 1585.

"Son valientes, duros, no ceden ante nada, que orgullo me da que los españoles estén con nosotros".

General Sepp Dietrich.

''Estoy firmemente convencido de que España es el país más fuerte del mundo. Lleva siglos queriendo destruirse a sí mismo y todavía no lo ha conseguido''.
(Otto Von Bismarck).


 



EL ALMIRANTE RECALDE , EL SEÑOR DE LOS MARES.

FUENTE: http://tendencias.vozpopuli.com/cultura/2005-el-almirante-recalde-senor-de-los-mares




 
Juan Martínez de Recalde



En una excursión por la ciudad de Obuda (Budapest), la guía que nos acompañaba al llegar ante un conjunto de piedras desordenadas, cayó presa de una gran agitación y con exclamaciones admirativas nos indicó que las mismas eran los restos de un pequeño anfiteatro romano, pues hasta allí, justo, llegó Roma. La pobre guía quedó estupefacta ante el grupo de españoles que, impávidos, mirábamos con más conmiseración que otra cosa, aquellas pobres piedras milenarias. Los comentarios empezaron a ser jocosos: “Anda que si ésta ve el teatro de Mérida le da algo”, y cosas por el estilo. La esforzada guía hablaba muy bien el español pero posiblemente desconocía el peso de nuestra historia.
Y es que, en efecto, nos sobra Historia por los cuatro costados. Y no solo traducida en piedras y ruinas, sino también en hombres insignes, algunos injustamente olvidados. Y este es el caso del almirante don Juan Martínez de Recalde. Quizás porque su último destino esté ligado al desastre de la Gran Armada, aquella que no resultó ser Invencible (aunque el término fuese creado malévolamente por los ingleses, pues aquí se llamó “Grande y Felicísima Armada”). Tal vez porque somos un país de cainitas, como le gusta decir a un justamente afamado autor. El hecho es que el almirante Recalde, coetáneo del pirata Francis Drake (corsario si ustedes son benevolentes, y al que sus paisanos ingleses adoran), fue relegado ya desde su súbita muerte, al baúl del casi olvido. Y digo que desde su súbita muerte por inesperada, y tras la que su viuda se las vio y deseó para poder trasladar el cadáver desde La Coruña, donde falleció herido en cuerpo y alma por la derrota sufrida, hasta Bilbao para poder enterrarlo, pues estaba en la más completa ruina económica.
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Se sabe que el almirante vino al mundo en Bilbao, pero se desconoce con certeza la fecha nacimiento. Sí se conoce la de su muerte: el 23 de octubre de 1588, lo que lleva a poner en duda el hecho que algunas fuentes señalan de que falleciera alrededor de los cincuenta años. Y ello porque también conocemos otra fecha de su vida, digamos personal: la de sus nupcias con doña Isabel de Idíaques e Idíaquez, sobrina de don Juan de Idíaquez, secretario de Felipe II, y que fueron celebradas el día 8 de enero de 1585. Ello quiere decir que, de ser cierto su muerte a los cincuenta, matrimonió a los 47 años, edad que para la época era poco más o menos que senil (la esperanza de vida en aquellos años no llegaba a la treintena). Lo más probable es que el almirante falleciera en una edad más en torno a los treinta que a los cincuenta. No obstante, la duda queda.
Encargos reales
Lo que nos lleva a considerar lo logrado por este marino vizcaíno y español en ese breve lapso de tiempo. Comenzó sus singladuras en la Escuadra de Vizcaya, donde se distinguió como buen táctico y marino. Quizás por ello el rey le encomendó vigilara la construcción de sus buques en los astilleros cántabros.
Dio escolta a las flotas de Indias y consiguió recuperar, con buzos, un cargamento de oro hundido en el archipiélago de Madeira. Por sus méritos se le da el mando de la Escuadra de Laredo y en el año 1572 transporta, con cuarenta y cinco buques de guerra y transporte, al duque de Medinaceli que iba a relevar como gobernador de los Países Bajos al temido y odiado duque de Alba, así como refuerzos en tropas y dinerario para pagar a los tercios. Aquellos tercios cuyos soldados todo lo sufren en cualquier asalto./ Solo no sufren que les hablen alto”. Y esto lo escribió uno de ellos: don Pedro Calderón de la Barca.
Mientras tanto seguía con el encargo real de vigilancia sobre la construcción de buques y así, en 1581 eleva un informe al duque de Medina Sidonia sobre la construcción de 8 galeones, recomendando que se construyesen en Vizcaya o en Guipúzcoa. Su destino comienza a ligarse con el del almirante don Álvaro de Bazán, cuya estatua orgullosa podemos los madrileños admirar en la plaza de la Villa, si bien al primer combate que debía librar con él no llegó: el combate naval de San Miguel, primero en la historia celebrado en mar abierto y con participación de galeones de guerra, que terminaría con una sonada victoria sobre los franceses. Cuando don Álvaro vuelve a las Azores, Recalde va con él y participa en la total liberación de las Islas Terceras.
Apoyo a los católicos irlandeses
Terminada la contienda con Portugal, el rey le encomienda a Recalde el mando de una escuadra para llevar apoyo de hombres a los católicos irlandeses en su lucha contra los ingleses. Consigue desembarcar a 1.500 voluntarios en la verde Erín. Fue en esta expedición cuando en los barcos de guerra españoles comenzaron, como aún hoy en día siguen, a ondear los estandartes reales, pues así lo solicitó al rey Recalde para distinguir sus barcos militares de los mercantes y avisar al enemigo de que aquellos eran barcos de guerra.
Sigue con su actividad constructora de buques, y en 1584 escribe una Relación de las medidas que han de tener los mástiles y vergas para los galeones a su mando. Don Álvaro muere y el rey prudente, que no sabio, otorga el mando de la Gran Armada al duque de Medina Sidonia, marino inexperto y que, incluso, se mareaba en la mar. No es aquí momento de analizar las controvertidas y equivocadas decisiones navales del duque. A nuestros efectos baste decir que Recalde se batió heroicamente y que cuando perdió su buque, el Santa Ana, trasbordó su insignia al Santiago, y en él se mantuvo firme ayudando a cualesquiera otros bajeles que lo necesitaran, hasta que la escuadra se descompuso y cada uno intentó volver a España por sus medios. El Santiago, con Recalde al mando, necesitado de agua, entró en el primer puerto irlandés que encontró, resultando ser uno de los dominados por los ingleses, por lo que el agua la tuvo que obtener a sangre y fuego descargando su artillería y logrando desembarcar nuestra temible infantería. Por fin, salió de aquel puerto poniendo rumbo a España, arribando a La Coruña el 8 de octubre de 1588. Tan solo quince días después moría el gran marino, herido en cuerpo y alma por la derrota como señalé, atormentado quizás por el “si se hubiese hecho de otra forma…”.

miércoles, 15 de enero de 2014

D. Juan Ruiz de Apodaca

11 de enero de 1754 Nace en Cádiz D. Juan Ruiz de Apodaca, Conde de Venadito

Ruiz de Apocada ingresó en la Compañía de Guardias Marinas en 1767. Hizo sus primeras funciones de armas en los navíos San Lorenzo y Triunfante. Destinado en El C...allao (Perú) colaboró en la redacción de las ordenanzas de arsenales, y a bordo de la fragata Aguila tomó parte en el establecimiento de las misiones en la isla de Tahiti (1774)

Participó en las operaciones de bloqueo de Gibraltar (1779). Al mando de la fragata Asunción, de la escuadra de Córdova y luego de Barceló, asistió al sitio de Gibraltar y combate de Espartel (1782). Hizo viaje a Manila en 1783. Entre otros servicios, fue mayor general de la escuadra de evoluciones de Félix de Tejada (1789) y trabajó en la mejora del puerto de Tarragona como ingeniero de Marina(1790-1793). Al mando del navío Francisco de Paula participó en la guerra contra Francia (1793-1795). Al mando del navío San Agustín burló la persecución inglesa en San Vicente y Vigo (1797). Puso en defensa el arsenal de La Carraca ante la amenaza británica de 1799. A bordo del Reino Luisa transportó a España a los reyes de Etruria.

Mandaba el arsenal de La Carraca desde 1803 cuando ocurrió el combate de Trafalgar (1805), y trabajó incansablemente para reparar los doce navíos supervivientes de la acción. En 1807 tomó posesión del mando de la escuadra del Océano, y en 1808 consiguió la rendición de la escuadra francesa del almirante Rosily (14 de junio de 1808).

Nombrado plenipotenciario de España en la corte británica, realizó una importante labor diplomática. Al cesar en Londres (1811), fue nombrado gobernador de Cuba y las dos Floridas (1812) y después virrey de la Nueva España (1816); consiguió la pacificación del país y derrotó la intentona de Mina, al que apresó en la hacienda de Venadito; el rey le recompensó con los títulos de conde de Venadito y vizconde de Ruiz de Apocada. A partir de 1820 se incrementaron los conatos separatistas, no pudo resistir el alzamiento de Itúrbide en 1821 y resignó el mando para regresar a La Habana.

De vuelta a la Península fue designado gobernador de Cuba, pero no pudo aceptar por su edad avanzada, y en 1824 fue virrey de Navarra, cargo que ejerció dos años. Ascendió a capitán general de la Armada en 1830.

Retrato de Juan José Ruiz de Apodaca y Eliza (1754-1835), I conde de Venadito, capitán general de la Real Armada. Óleo sobre lienzo (59x 45 cm), firmado y fechado en 1834 por Antonio María Esquivel (1806-1857). Busto de frente; viste pelliza con pieles en las vueltas de las solapas; entre ellas asoma la banda de la Gran Cruz de Carlos III. Este óleo ingresó en el Museo Naval por compra hacia 1946.
 
 
 
 

SAN MARCIAL

El 31 de Agosto de 1813 apenas 15.000 Españoles , la mayoria de ellos Navarros , del norte de Aragón y Vascos, se enfrentaron en la BATALLA DE SAN MARCIAL a cerca de 55.000 franceses por aquel entonces la mayor pot...encia militar de Europa en la localidad española de IRUN.

Al frente de las tropas Españolas , el General Freire , el cual asestaría una de las primeras y más dolorosas derrotas al todo poderoso ejército de Napoleón.

España , invadida con el pretexto que el mismo Napoleón puso de atravesar la península ibérica para más tarde entrar en guerra con nuestros hermanos portugueses, demostró como pese a todo esto supo derrotar brillantemente a los franceses.

Las tropas Españolas expulsarian de territorio Español a los franceses poco después.

¡¡¡ Viva España !!!

Recreación pictórica de la Batalla de Irún.

Foto: UN POCO DE HISTORIA...

El 31 de Agosto de 1813 apenas 15.000 Españoles , la mayoria de ellos Navarros , del norte  de Aragón y Vascos, se enfrentaron en la BATALLA DE SAN MARCIAL  a cerca de 55.000 franceses por aquel entonces la mayor potencia militar de Europa en la localidad española de  IRUN.

Al frente de las tropas Españolas , el General Freire , el cual asestaria una de las primeras y más dolorosas derrotas al todo poderoso ejército de Napoleón.

España , invadida  con el pretexto que el mismo Napoleón puso de atravesar la peninsula iberica para más tarde entrar en guerra con nuestros hermanos portugueses, demostró como pese a todo esto supo derrotar brillantemente a los franceses.

Las tropas Españolas expulsarian de territorio Español a los franceses poco después.

¡¡¡ Viva España !!!

Recreación pictorica de la Batalla de Irún.
 

Nunca parar hasta recuperar lo recuperado , Gibraltar.


jueves, 9 de enero de 2014

EL PUEBLO SEFARDÍ EN GIBRALTAR TIENE SU RECONOCIMIENTO DEL PUEBLO ESPAÑOL . ADMIRACIÓN Y HERMANDAD POR EL DUQUE DE MEDINA SIDONIA.

                                             Real Instituto Cervantes en Gibraltar
 
El Instituto Cervantes de Gibraltar acogió un simbólico e histórico acto cultural en el que el Duque de Medina Sidonia, D. Alonso González de Gregorio y Álvarez de Toledo, hizo entrega de un documento de desagravio al Presidente de la Comunidad Sefardí de Gibraltar, D. James Levy, por los hechos acaecidos en 1474-76, que terminaron con la expulsión de los españoles de religión judía.
“Soy el primer Duque de Medina Sidonia que vuelve oficialmente a Gibraltar más de quinientos años después de que este histórico enclave saliera definitivamente del señorío de mi casa, en 1502, tras su cesión a sus señores naturales, los Reyes de España. Este tránsito estuvo marcado por los hechos del IIº duque de Medina Sidonia, que contravino los naturales valores de lealtad y justicia naturalmente asociados a la idea de nobleza, al defraudar gravemente los firmes compromisos contraídos con los judíos conversos de Córdoba asentados en Gibraltar, causando con ello gran daño a muchos inocentes ante cuyos descendientes, sentí la ineludible necesidad de pedir verbalmente público perdón. Hoy, ante la Comunidad Sefardí de Gibraltar, heredera moral y en muchos casos genética de aquellos conversos andaluces que en 1474, huyendo de los crueles progromos desatados en Andalucía, acudieron a refugiarse en esta ciudad, siendo apenas dos años después expulsados por su otrora benefactor, mi antepasado, causándoles con ello irreparables daños morales y materiales, me presento en su nombre, en el de la casa Medina Sidonia y en el mío propio, para expresar solemne petición de perdón…”.
En el transcurso del acto de desagravio el Duque de Medina hiz entrega del documento de perdón en un pergamino en español y hebreo diseñado por el artista linense Víctor Quintanilla con la participación del calígrafo gibraltareño Benjamin Hassan.
El acto de desagravio se enmarca en el ciclo de actividades “Reencuentro Sefarad-Gibraltar” que el Instituto Cervantes está llevando a cabo en su sede del Peñón para poner en valor el importante legado sefardí de Gibraltar, fomentar un mejor conocimiento de la cultura judía y profundizar en el estudio del legado de la cultura sefardí como parte integrante y viva de la cultura española actual.
Este ciclo quiere ser un homenaje a las tradiciones y a las personas que forman parte de la Comunidad Sefardí de Gibraltar y desea impulsar un espacio común compartido, un lugar de encuentro y de paz que permitirá difundir el rico legado histórico sefardí de Gibraltar y la realidad política, económica, social y cultural de las comunidades judías en España y en el mundo. El ciclo de actividades culturales “Reencuentro Sefarad-Gibraltar” comenzó en octubre de 2012, ya ha reunido a importantes figuras del judaísmo español e internacional. El Instituto Cervantes ha organizado este ciclo conjuntamente con el Centro Sefarad-Israel, también dependiente del Ministerio de Asuntos Exteriores de España.
 
 
FUENTE:http://www.lalineadigital.es/2013/12/el-duque-de-medina-sidonia-entregara-el-documento-de-desagravio-al-presidente-de-la-comunidad-sefardí/
 
INSTITUTO CERVANTES EN GIBRALTAR : http://gibraltar.cervantes.es/es/default.shtm

LA DESTRUCCIÓN DE LA AMÉRICA HISPANA POR LOS INGLESES . EL PLAN MAITLAND.

El Plan Maitland en la destrucción de la America del sur Española. Nadie sabía de su existencia. Durante 184 años el Plan Maitland permaneció oculto en archivos británicos. Cuando Rodolfo Terragno lo descubrió, se produjo un giro en la historia de America Española del Sur. Ningún hallazgo la había modificado antes de tal manera. El plan, presentado por Sir Thomas Maitland en 1800 al primer ministro británico William Pitt, preveía tomar Buenos Aires y luego, desde Mendoza, cruzar los Andes para "separar" al Reino de Chile y seguir en barco para hacer lo mismo con el Reino de Perú. Maitland fue un oficial naval, escocés como la gran mayoría de sus vinculaciones, miembro del Parlamento y compañero de George Canning en aquella Cámara. Así como él también, integrante de la Junta de Contralor (poderoso organismo del ente paraestatal llamado “Compañía de las Indias Orientales”. Digamos una organización que, por una parte fueron los herederos legítimos de filibusteros a lo Cook, Cavendish o Morgan; y por la otra, revestidos con rasgos más o menos civilizados al uso de un Cuartel General o de un Estado Mayor; como herramienta para todos aquellos que planeaban nuevas conquistas, no sólo en la India, sino también en el Caribe y en Sudamérica). Maitlan junto con Canning fueron Consejeros Privados de la Corona (a partir del 8 de abril de 1807). A Canning se le decía entonces “el heredero de Dundas”, ¿cómo lo llamarían a Maitland? Posteriormente Canning fue Canciller entre 1807 y 1809 por recomendación de Wellesley (hermano del que entonces ya estaba en Portugal). En 1783 William Pitt, segundo hijo de quien fuera Jefe de Gabinete de los reyes Jorge II y Jorge III, es nombrado Primer Ministro y Ministro de Finanzas. Su gobierno, que duraría 17 años, se iniciaba cuando el no tenía 25. Once años después, en 1794, desdobla un ministerio, colocando al Duque de Pórtland como Secretario de Estado de Interior, y lo separa de los negocios de la guerra que conserva Henry Dundas, Secretario de Guerra desde la asunción de Pitt. En este contexto del poder aparece Maitland vinculado a Dundas, “el más firme promotor de acciones británicas en Hispanoamérica”, y gracias a él tiene acceso directo a Pitt. Porque Dundas, un escocés muy hábil políticamente, fue la sombra de Pitt y viceversa. Maitland también estaba vinculado, a través de Dundas, a Sir John Coxe Hippisley, otro miembro del Parlamento y oficial del ejército de la Compañía de Indias Orientales. Hippisley era un buen conocedor de todos los temas sobre una posible acción militar en Hispanoamérica, porque había participado de las reuniones celebradas por Dundas con este motivo. Y ha participado en ellas en calidad de asesor, porque había reunido abundante información de fuentes insospechadas. Hippisley vivió muchos años en Roma donde hacía tareas de espionaje para el gobierno británico, y fue allí donde obtuvo “información sobre los modos de atacar los Reinos Americanos Españoles”, todo lo cual paso a referir y analizar a continuación. Faltaban aún diecisiete años para que San Martín iniciara su campaña separatista. La existencia de este plan desmiente los supuestos de historiadores clásicos. Mitre, por ejemplo, sostenía que "así como la vida de Colón está encerrada en su idea de ir al oriente por occidente, la de San Martín está encerrada en la de llevar el proceso separador a través de la cordillera y el Pacífico, hasta Lima". José Pacífico Otero decía que a -nadie más- podría habérsele ocurrido. Hoy podemos afirmar, en cambio, que San Martín no emprendió su gesta confiando sólo en su intuición, sino que había accedido en Inglaterra a preciosos documentos sobre Sudamérica y los modos de ocuparla. Este plan demuestra que San Martin preparó cuidadosamente su campaña en Londres. San Martín, "era un militar Español y un estratega y, como tal, un estudioso; no un aventurero". El plan fue titulado el Plan para capturar la ciudad de Buenos Aires y el Reino de Chile y luego extender su accionar hasta el Reino de Perú y el Reino de Quito. Gran Bretaña estaba por entonces en guerra con el Imperio Español y Francia en las guerras napoleónicas, y estaba tratando de ampliar su influencia en la América del Sur Española ya que la pérdida de las 13 colonias inglesas de América del Norte, que se había separado del gran bretaña, algún tiempo antes. El plan consistía en: Tomar el control de la ciudad de Buenos Aires. Tomar posición en la ciudad de Mendoza. Coordinar acciones con un ejército separatista chileno. Cruzar los Andes. Derrotar al Ejercito Real y tomar el control del Reino de Chile. Continuar a través del mar y conquistar al Reino de Perú. El plan nunca resultó a Gran Bretaña. Ellos dos veces intentaron tomar las ciudades de Buenos Aires y Montevideo durante las invasiones inglesas del Río de la Plata , pero fueron derrotados por el Ejercito Real y las milicias Reales. Las acciones militares británicas contra la Sudamérica española cesaron, cuando el imperio Frances se volvió en contra del Reino de España y la propia Gran Bretaña se alió interesadamente con la resistencia Española. Según el historiador Felipe Pigna , José de San Martín fue introducido en el plan por los miembros de la logia fundada por Francisco de Miranda y el escocés lord James Mac duff . Con la finalidad de tomar esas “valiosas posesiones”, Maitland propuso: 1. Ganar el control de la ciudad de Buenos Aires. “Debería realizarse un ataque sobre Buenos Aires”. Para eso, Maitland consideró que harían falta 4.000 soldados de infantería; unos 1.500 de caballería; “con una proporción de artillería”. 2. Tomar posiciones en la ciudad de Mendoza. “Subsecuentemente a la captura de Buenos Aires el objeto debería ser enviar a un cuerpo a tomar posiciones al pie de la ladera oriental de los Andes, propósito para el que la ciudad de Mendoza es indudablemente la más indicada.” 3. Coordinar acciones con un ejército de separatista de Chili(así llama a Chile). Este otro ejército debería consistir en 3.000 soldados de infantería y 400 de caballería “con una proporción de artillería”. La mitad de la infantería debería “proceder de Inglaterra al Cabo de Buena Esperanza en barcos destinados últimamente a (…) Sudamérica”. La otra mitad debería ser “dotada por India, y proceder, cuando esté lista, directamente a la Bahía Botany”, en Australia, a los efectos de navegar luego a Sudamérica. El objetivo de tal ejército debería ser “indudablemente el Reino de Chili”. Debía atacar Valparaíso o Santiago o, “si encontrara que los Españoles se hallen en fuerza tal como para hacer que un inmediato ataque sobre Valparese o St. Iago sea imposible en el primer momento, actuar sobre el Río Biobío y fortificarse mediante una inmediata conexión con los indios.” 4. Cruzar los Andes. “El cruce de los Andes desde Mendoza a las partes bajas de Chili es una operación de cierta dificultad (…) Aún en verano el frío es intenso; pero con tropas de cada lado cuesta suponer que nuestros soldados no pudieran seguir “una ruta que ha sido adoptada desde hace mucho como el más deseable canal para importar negros al Reino de Chili.” 5. Derrotar al Ejercito Real y controlar el Reino de Chile. El objetivo de esta etapa era “aniquilar el gobierno del Reino de Chili” y convertir a ese pueblo en “un punto desde el cual podríamos dirigir nuestros esfuerzos contra las provincias más ricas”. Esta era la tarea a cumplir por las fuerzas unificadas del ejército que debía cruzar los Andes y el que llegara por mar. 6. Proceder por mar al Reino de Perú. “Si este Plan tuviese éxito en toda su extensión, el Reino de Perú debería quedar pronto expuesto a una captura segura.” y “últimamente nosotros podríamos extender el sistema colonial, usando la fuerza si fuere necesario.” Lo indicado era para evitar toda violencia innecesaria. “Un coup de main (en francés en el original) sobre el puerto del Callao y de la ciudad de Lima podría en verdad probablemente ser exitoso y mucha riqueza sería ganada por los captores, pero este mero éxito, a menos que fuera asistido por nuestra capacidad de mantenernos en el Reino de Perú, podría terminar últimamente excitando la aversión de los habitantes contra cualquier futura conexión, de cualquier clase, con Gran Bretaña.” 7. Emancipar el Reino de Perú. “El fin de nuestra empresa debía ser indudablemente la emancipación del Reino de Perú y el Reino de Quito.”