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martes, 19 de agosto de 2014

Carta abierta de Álvaro de Marichalar al Primer Ministro del Reino Unido a cuenta de la ocupación de Gibraltar

Atn.
Primer Ministro del Gobierno del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte
10 Downing Street
Londres
SW1A 2AA
Estimado Señor Cameron,
Muchos de mis amigos británicos me llaman estos días escandalizados y hartos de lo que sucede en Gibraltar y en sus aguas circundantes (de soberanía española).
Se disculpan por lo que consideran una intolerable provocación y una enorme falta de educación de sus propios dirigentes que perciben como un mal servicio para el prestigio de Inglaterra. Mis amigos son personas cabales, educadas y de honor; como la gran mayoría de ingleses que yo conozco. Por eso están tan sorprendidos y frustrados, ya que saben que al final, el aburrido problema de Gibraltar es una simple cuestión de educación y honor, donde el Reino Unido no está sabiendo dar la talla desde 1704 hasta hoy.
España lleva tres siglos demostrando altura de miras y una buena dosis de paciencia y espíritu quiijotesco en este pesado asunto. Desde permitir la comunicación con el Continente (algo que prohíbe el Tratado de Utrecht que reza: "no habrá jurisdicción alguna territorial ni comunicación alguna abierta con el país circunvecino por parte de tierra"), hasta invitar (dos veces, en 1815 y 1854) a la población gibraltareña enferma de fiebre amarilla a instalarse provisionalmente en nuestro Istmo para evitar que la epidemia contagiara a toda la población de Gibraltar: En muestra de su "agradecimiento", los británicos usurparon -también- ese terreno a España; que lo había prestado de buena fe y de forma temporal por motivos exclusivamente humanitarios y también patrióticos; ya que siempre hemos considerado a los gibraltareños como nuestros compatriotas (como no podía ser de otra manera). Años después y aprovechando la coyuntura de la Guerra Civil española, construyeron -en ese mismo lugar- el actual aeropuerto: Otra decisión británica contraria a la Ley, por lo que el profesor de la universidad de Glasgow William C. Atkinson declaró en 1951 que con esta actuación, Inglaterra añadió el insulto a la herida.
Resulta evidente que cada día que pasa sin que el Reino Unido observe las mínimas normas de convivencia; respete el Tratado de Utrecht (que ha violado sistemáticamente) y cumpla las numerosas resoluciones de Naciones Unidas, es peor para su honor y reputación histórica; ya muy maltrechos desde que el almirante Rooke -en la Guerra de Sucesión española- reclamara fraudulentamente para la reina Ana de Inglaterra el Peñón, en lugar de reclamarlo para quien trabajaba este almirante; el archiduque Carlos (pretendiente al Trono de España): Innoble acción ésta donde las haya, que es calificada en la propia Encyclopedia Britannica (edición de 1879) como “un caso de patriotismo sin escrúpulos contrario al honor de Inglaterra”. Es interesante leerlo en la página 586 del volúmen 10. También el estadista británico John Bright declaró en 1862 que la ocupación de Gibraltar fue una actuación inmoral contraria a cualquier ley o código de honor. Más recientemente, en 1954, el autor inglés Halliday Sutherland declaró que la ocupación de Gibraltar representó un Acto de Piratería. Y el también británico Arnold J.Toynbee advirtió en 1966 de la injusticia que supone mantener la ocupación británica.
Como vemos, los británicos son -en su inmensa mayoría- leales al honor y al buen nombre de su Patria, aunque siempre se les suele escapar algún que otro "hooligan"...
No deje Sr. Cameron que se le escapen tantos.
Mientras, los españoles debemos mostrar la realidad -histórica y actual- de Gibraltar a la Comunidad Internacional; a los dirigentes británicos y también a los actuales administradores de Gibraltar. Es algo que debemos hacer con toda calma, pero también con toda firmeza. La razón nos asiste, por lo que le invitamos a actuar conforme a la Ley para que puedan así recuperar -como nación- parte del honor perdido y la educación que demuestran carecer con actuaciones como la reciente de lanzar enormes bloques de hormigón al mar -de la que se cumple ahora un año-. En este sentido, le indico (con todo cariño) que "las cosas no se tiran al suelo".
Hacerlo representa una muestra inequívoca de mala educación.
Y menos, al suelo del vecino...
Los europeos (españoles incluidos) le exigimos a usted que limpie y recoja los 70 bloques que yacen desde el pasado día 24 de julio debajo de nuestras aguas territoriales.
Una vez en la superficie; se puedan almacenar en medio de la pista de aterrizaje del aeropuerto que ocupa el Istmo usurpado en su día aprovechando la buena fe de España.
También conviene que le diga a Boris (el arrogante y demagogo alcalde de Londres que nos cobra implacablemente la "congestion charge" para poder acceder al centro de Londres; pero que ahora se queja de la tasa que es necesario cobrar en Gibraltar) que se calme y no siga con las ridículas sandeces que viene proclamando en la prensa británica: supongo que puede imaginar que si los 30.000 gibraltareños tuvieran que pagar los mismos impuestos que pagan los ciudadanos de Blackpool (Burdeos o Sevilla) y no hubiera ¡90.000! "empresas" registradas en ese diminuto territorio, se les quitarían de un plumazo todas las ganas de querer seguir siendo tan "británicos..." A Boris le está traicionando la misma arrogancia que dejó en el más profundo ridículo -por los siglos- a la propia Inglaterra cuando su Parlamento acuñó monedas conmemorativas de una esperada y soñada victoria de Vernon sobre España en Cartagena de Indias; que finalmente se tornó en una de las mayores humillaciones que ha sufrido una nación en la historia militar del mundo: Treinta y siete años después de la indigna ocupación británica de Gibraltar, una imponente flota inglesa de 180 embarcaciones y 23.000 combatientes británicos con la misión de ocupar Cartagena, fueron arrasados por seis navíos y 2.800 españoles comandados por el guipuzcoano Blas de Lezo en 1741(hecho ocultado -por orden del rey Jorge II- de manera vergonzosa por los historiadores ingleses hasta nuestros días). "Ante las murallas del castillo de San Felipe de Barajas, fueron humilladas Inglaterra y sus colonias" Escribiría el defensor español. "Para venir a Cartagena es necesario que el Rey de Inglaterra construya otra escuadra mayor, porque ésta sólo ha quedado para conducir carbón de Irlanda a Londres..." le comunicó Lezo a Vernon mientras zarpaba en estampida.
Antes de insultar de manera tan ignorante, burda y racista a los andaluces y a la feria de La Línea de la Concepción, Boris debería aprender a respetar a todos los andaluces como el malagueño Bernardo de Gálvez que derrotó -una vez más- a los ingleses en el sur de los actuales EE.UU., facilitando enormemente su independencia.
También debería preguntarse Boris dónde está toda esa bravuconería británica en nuestros días, cuando sabe que su país sobrevive a duras penas gracias a la devaluación recurrente de su moneda y del desleal doble juego permanente con sus socios europeos. Que recuerde también un poco la historia de Europa; los tiempos de Lepanto por ejemplo; donde si no es por el arrojo y el compromiso europeo y cristiano de España, el turco habría llegado en 1571 hasta el norte de la misma Escocia donde seguramente seguirían instalados aún hoy... 
Para colmo, el advenedizo alcalde intenta comparar Ceuta y Melilla con Gibraltar; muestra clara de su oportunismo y/o incultura, ya que Ceuta y Melilla son territorio de España desde 1580 y 1497; muchos siglos antes de que Marruecos existiera como nación.
Sólo desde el sentido común podremos comenzar a hablar en la ONU con la calma necesaria entre dos países aliados; amigos; colegas de la OTAN; socios comunitarios y todo lo demás...  Y de lo primero que hay que hablar es de que pueda regresar la población nativa gibraltareña expulsada por los británicos hace 300 años, cuyos descendientes viven actualmente en San Roque (muy cerca de la peculiar roca) donde custodian -entre otras muchas cosas- el Pendón de Gibraltar y la Cédula concedida por los Reyes Católicos (ambos de 1502). En segundo lugar de aguas territoriales, que a Gibraltar -hoy- legalmente le corresponden única y exclusivamente las del puerto; no las circundantes (el Tratado de Utrecht no contempla jurisdicción alguna sobre las aguas circundantes ni concede Jurisdicción Territorial)
Y luego de soberanía, que debe ser española porque así lo considera la Comunidad Internacional manifestada inequívocamente y en repetidas ocasiones a través de todas las resoluciones de la ONU hace ya mas de cinco décadas, y también porque lo que se cedió en Utrecht fue exclusivamente el ius utendi et fruendi (derecho de uso y disfrute), es decir un usufructo temporal, que en ningún caso implica cesión de soberanía..
Por todo ello y como primeras medidas, se debe (entre otras cosas) recoger inmediatamente el hormigón; parar de una vez el trasiego ilegal de combustible en aguas españolas y detener la construcción de diques y espigones.
Sobre los -soporíferos y recurrentes- comentarios relativos al franquismo realizados por Picardo y el alcalde londinense, se les puede decir que Franco abortó la operación alemana "Félix" de toma (en pocas horas) de Gibraltar en 1941, por lo que al final -mira tú por donde- quizá debieran instalar un monumento en toda la cumbre de la piedra...
Sr. Cameron, si no saben comportarse civilizada y educadamente usted; el resto de dirigentes británicos y los actuales dirigentes de nuestros compatriotas gibraltareños, no quedará mas remedio que llamar al espíritu de Blas de Lezo para que les ayude -una vez más- en la tarea. 

Alvaro de Marichalar y Sáenz de Tejada



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